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27 de julio de 2010

CUENTO GANADOR CONCURSO REVISTA LE

Beso de pez

Solemos sentarnos a mirar sin ver (o quizás intentando ver a todos), a preocuparnos por la hora que perdemos y las cosas que dejamos de hacer, sentarnos a esperar y desesperar cuando los ojos fatigosos sólo buscan esa figura de siempre; entonces un gesto que se aproxima al tuyo y vuelta a ver… no, no sos vos… Otro minuto que sobra, otro minuto que después nos reprochamos falta para esas cosas que tenemos que hacer. Che, ya es tarde, ¿dónde estás? ¡Ahí! ¡Por fin te veo...
Solemos rendirnos ante la comisura de los teatros, en los frívolos espectáculos de las imprecaciones simuladas, hasta entrecerrar los ojos para cubrirnos del golpecito, de la cachetada también simulada, que pierde fuerza al llegar al rostro a deshacerse en caricia. Y otra vez el frívolo espectáculo de achicar los ojos, de fingir la lágrima y necesitar la disculpa; por supuesto: los mimos, los roces interesados de gato, el abrazo profundo, quizás el beso de pez. Aunque preferimos el silencio seco, sí, pero tibio, del abrazo; el beso no nos deja pensar en el otro: pensamos en las bocas que se mezclan, que podrían tragarse, el calor que nos precipita…
Bella Muller (Diego Roberto Godoy)
Felicitaciones nuevamente a Diego.
Seguí leyendo el Cuento completo en el ejemplar número 3 de la Revista LE .

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